viernes, 6 de agosto de 2021

Hongos

 

Fluía como una presencia movediza

Más bien yo estaba fija

Todo se movía como por una serie de interpretaciones

Sensaciones del viento húmedo

El agua verde/calipso iridiscente

Los rostros, los arboles naranjos

El reflejo de la vida del sol en los brotes quietos de los arboles

Las puntas perfectas de propio hálito

 

Y las nubes deslizándose suaves/rápidas/certeras

Las capas superponiéndose frenéticas unas a otras

Las muchas dimensiones cayendo sobre mí

Retrayéndose

Sinuosas

Curvas

 

Cuando todas eran tan blancas que podías ver a través de tus manos

Cuando la luz no resplandecía sobre ellas

Cuando la luz eran ellas

Una y cada una

 

El movimiento como un sonido del cosmos

¿Qué es el cielo sino un compuesto de miles sobretonos del firmamento?

¿Qué somos nosotros sino más que una composición de partículas bendecidas con la vida?

Con la vista, limitados aun así por unos cuantos sentidos

Limitados por una pequeña parte de nuestras almas

¿Como si pudiera un alma ser un universo que jamás dejará de crecer?

El eco de un caleidoscopio dentro de mi retina

Mi retina pequeña y camuflada

 

Como si unas ramas pudieran representar lo minúsculo

De cada existencia

Sus hojas, sus tallos

Alargándose, estirándose

Yo casi, tocándolos

Nunca he logrado ser tan extensa

Abrazar con la punta de mis dedos

Que mi pelo transite al aire

Yo volverme verde fluorescente

Amarilla capciosa

 

Si las piedras se movieran

Me hubiesen llevado al comienzo de mi misma

Me trasladan como un recién nacido a algo que nunca sabré

A algo que no es entendible

Solo se adhiere a tu piel húmeda

Fría

Hosca y suave

Se adhiere al movimiento

Al ritmo acompasado del latir de la tierra

De cómo todos podíamos ser uno

Todos insertos en un tiempo sin espacio

En un vacío sin espacio

¿Cuándo pude delinear el sonido?

Vomitar la ansiedad

Y atravesar las corrientes.

sábado, 30 de marzo de 2019

Con el paso del tiempo

Finalmente este blog tirado se ha transformado en sólo una forma física de recordar a quiénes estuvieron.

Hoy dos años. Qué cosa mas lejana y cercana a la vez.
Siempre supe que desde el día que se fue seguiría en pie un poco patichueca, o cojeando, pero en pie.
Ahora con el paso del tiempo, así de rápido, sé que eso ha sido posible porque no me permito recordarte o recordarlas como quisiera, porque aún duelen tanto que sólo pensarlo y sentirlo es como una punzada que me parte.

Pienso en qué hubiera sido de mi vida sin ti, Edith. Qué hubiese sido yo sin tu fuerza, tu templanza, tu pasado y tus fantasmas. Cómo yo habría podido ser feliz en la vida sin ti. No imagino mi vida sin ti, no imagino nada de lo que he vivido, de lo que he tenido, de lo que he sentido, de lo que he hecho sin ti. Estuviste no sólo tras de mi apoyándome, sino soportándome y guiando todo.

A veces encuentro nuestros recuerdos en cosas cotidianas, en mis comidas favoritas, en películas, en libros, en letras mas redondeadas o en esa caligrafía hermosa que tuviste. Te recuerdo siempre, aunque lo evite, y tire a un pasado que parece distante lo que fuimos.

Te echo tanto de menos que me cuesta creerlo, pensé que no pasaría, nos habíamos alejado tanto, ya casi no conversábamos como antes. Pero es como si todo eso se sumara a esta sensación de necesitarte, en todas tus formas, y en todas las etapas de nuestras vidas juntas. Aún me cuesta abrir tus libretitas, observar de nuevo los números telefónicos que escribiste, las cartas de tus hijos, tu bastón, todas todas todas tus cosas que pude y quise guardar.

Te extraño como nunca he extrañado a nadie, y pensé que ya no se podía, pero tu siempre pudiste todo.


A mi querida viejita.